Si consideramos bien establecido que la educación matemática exige la creación de un nexo comunicativo, no podemos dejar de preguntarnos cómo se crea un ambiente o situación que permita la creación del nexo comunicativo y cuáles son las condiciones y elementos constitutivos del acto comunicativo capaces de inducir conocimiento matemático. A estas preguntas responde la didáctica, proponiendo, como veremos en este capítulo, un esquema de actuación que suele llamarse el triángulo didáctico.