Era Kline quien comentaba que los profesores de matemáticas, cuando nos reunimos, solemos decir que nuestros alumnos no saben nada, que nosotros, a su edad, sabíamos mucho más; y es cierto, continúa Kline; sabíamos tanto que estudiamos matemáticas (o algo parecido) y ahora vivimos de esto; el resto de nuestros compañeros del instituto sabían tan poco como nuestros actuales alumnos. Y esa situación no es privativa de los profesores de matemáticas, pues Savater (en su libro El valor de educar) recuerda que “gran parte de los profesores fueron alumnos demasiado buenos de la asignatur…