No sólo por los libros, sino también a través de mi experiencia, he podido constatar el enorme interés que en los niños de 4 a 6 años suscitan temas “trascendentes”: la muerte, la vida, el poder, el amor… El deseo de saber sobre estos asuntos está siempre actuando en el substrato de sus juegos, de su incipiente socialización y de su aprendizaje, de tal modo que con cualquier excusa sale a la superficie, a modo de pregunta, de temor o de actuación práctica.
El egocentrismo, característica principal de ese momento evolutivo, impregna todo lo que vive el niño, y así va abriéndos…