Se muestra el tránsito desde la influencia de las gramáticas estructural y generativa hacia los enfoques comunicativos y socioculturales y se alude a los efectos de una transposición didáctica que convierte las clases de lenguaje en clases de lingüística aplicada. El lenguaje en uso, la mejora de la competencia comunicativa y el fomento de una ética democrática de la comunicación han de ser el objetivo de la educación lingüística.