Las vidas de los adolescentes están, inevitablemente, empapadas de riesgos, y educar es conseguir que aprendan a gestionarlos. Este capítulo habla de ello, analizando y reflexionando sobre por qué determinadas conductas, revestidas de riesgo, les resultan atractivas a los y las adolescentes o el interés por la experimentación que se presenta en esta etapa. Se ofrecen también consejos y respuestas para ayudarles a gestionar estos riesgos.