No sería de extrañar que una propuesta como la que se sugiere en el título sobre los centros de profesores resulte, para algunos, ingenua, indiferente para no pocos, y quizás, para otros, más propicia de buenos deseos y dosis respetables de voluntarismo, pero poco acorde, en todo caso, con los vientos que corren. El clima que en los últimos meses se ha creado en torno a los centros de profesores ha contribuido a desplegar sobre esta institución un halo de percepciones, valoraciones y previsiones muy particular, y, por supuesto, nada propicio. A la vista de la coyuntura actual, para n…