Conocer los modelos de gestión de la convivencia, observar nuestra práctica educativa con las claves que nos ofrecen y reorientar nuestras actuaciones en función de esta reflexión constituye la primera clave para transformar nuestro centro educativo en un lugar sostenible en términos de convivencia. Partiendo de ello, este capítulo plantea qué modelos existen al respecto junto a sus principales características, virtudes y limitaciones en su puesta en práctica.