Los problemas de interrelación horizontal que presentaban los alumnos del primer curso del ciclo superior de educación primaria al finalizar el curso 1993-1994 se centraban en la falta de unidad del grupo y un bajo grado de compañerismo, así como en una escasa ayuda mutua. Su repercusión en el aula se manifestaba a través de una gran falta de atención y un bajo rendimiento escolar. Este contexto especial nos llevó a plantear, al inicio del curso 1994-1995, la búsqueda de otras metodologías para poder incidir sobre estos problemas de una manera rápida y eficaz