Una lengua no sólo es una tupida red de entresijos gramaticales sino también, y sobre todo, algo que sirve para que las personas hagan algunas cosas con las palabras en los diferentes contextos y situaciones de la comunicación humana. De ahí que al aprender a usar una lengua aprendamos no sólo a emitir frases gramaticalmente correctas sino también a saber qué decir a quién, cuándo y cómo decirlo, y en qué contextos hacerlo de una manera apropiada. Pese a ello, a menudo se ha olvidado, en la lingüística contemporánea y en las escuelas e institutos, algo tan obvio como que las p…