La enseñanza de las matemáticas en la escuela obligatoria debe estar justificada desde el uso social que se hacen de los aprendizajes que se promueven y que no se justifica de ninguna manera por el interés propio que las matemáticas pueden tener como ciencia. En este capítulo se pretende dar a conocer cuál es el uso social que se hace de las matemáticas y cuáles son los grupos humanos que se pueden asociar a esos aprendizajes y beneficiarse de ellos.