En este documento, expongo una visión de la producción de significado que se aparta tanto de la noción habitual de «comunicación» como de los enfoques realistas y objetivistas. A fin de que dicha visión sea operativa, se da una explicación de por qué la producción de significado no se «enloquece» -algo que cualquier enfoque relativista debería proporcionar- al mostrar que la noción de interlocutor es una parte central de ese proceso, de hecho, una parte constitutiva de la cognición.