En estos tiempos de pandemia muchos, y de todos los colores y las formas, han sido los sentires, pesares, implicaciones y entregas de las maestras hacia sus niños y niñas y sus familias. A todas ellas les ha movido el compromiso de estar cerca, de acompañar, de activar resortes emocionales de acompañamiento. Maestras que sin tener aula en estos largos días de no escuela han tendido puentes y nos muestran que la educación es un acto recíproco de amor: a veces das y a veces recibes.