Muchas veces, en la realidad escolar no se tienen en cuenta los intereses del alumnado. En la mayoría de aulas es el docente el que decide qué (contenidos y objetivos), cuándo (ordenación y secuenciación de contenidos y objetivos) y cómo (estructuración de las actividades). El alumnado no tiene oportunidad de incidir en el proceso educativo y, así, el discurso docente queda alejado de los intereses de alumnos y familias. Los proyectos de trabajo ofrecen una gran oportunidad de aprender conjuntamente.