En este capítulo se analiza la resistencia a los argumentos de aquellos que apoyan a una universidad fragmentada y dividida por las políticas económicas y sociales de las últimas décadas. Concretamente, el autor explora dos tipos de resistencias, que muchas veces se ven polarizadas: la de los representantes de la universidad liberal, de élite, y la de los que elaboran propuestas desde una perspectiva de universidad popular. Su tesis se fundamenta en que ambos tipos de resistencia tienen limitaciones.