Dentro de todo contexto educativo, en cualquier situación de enseñanza-aprendizaje, dos conceptos se erigen como dos de los grandes retos actuales: emoción y nuevas tecnologías. Intentar que nuestro alumnado mejore día a día y progrese en la escuela y en la vida pasa por entender primero y enseñar después, sin dejar de lado el complicado mundo de las emociones.