La última película de Alejandro Amenábar arranca en el verano de 1936, cuando el intelectual y rector de la Universidad de Salamanca, Miguel de Unamuno, decide dar apoyo públicamente al golpe de Estado militar contra el Gobierno de la Segunda República. A lo largo de aquel trágico verano, el escritor de la Generación del 98 cae en el pozo de la desesperación y la soledad al observar cómo los militares y la Falange someten al país a un baño de sangre y a una brutal represión que afecta a su entorno.