Este artículo defiende que la integración de los dispositivos móviles en la práctica educativa puede ser un vehículo para la renovación metodológica. Al incorporarlos mediante proyectos de “m-learning”, realidad aumentada y geolocalización en torno a la ciudad y el patrimonio, se impulsa el papel activo del alumnado, generando un aprendizaje significativo y contextualizado.