La práctica musical afecta también a los procesos perceptivos y cognitivos necesarios para el tratamiento del lenguaje. Música y lenguaje comparten características similares y redes neuronales. Esto dota a los músicos de una facilitación en el tratamiento del lenguaje que va desde el conocimiento más rápido y más preciso de sonidos hasta el aprendizaje de una lengua extranjera.