Isabel ha comentado con preocupación a la maestra: «Nunca hemos hecho distinciones entre nuestros dos hijos, niña y niño, a la hora de educarlos. Les hemos comprado juguetes muy variados: construcciones, pelotas, coches, muñecas, puzles… Pero nuestro hijo de cuatro años suele jugar mucho más con los juguetes de su hermana mayor que con los suyos: le gusta peinar y cambiar de ropa a las muñecas, prepararles “comiditas”; también prefiere disfrazarse de princesa y rechaza el traje de Superman. Para mi marido, el colmo ha sido cuando ayer el peque quiso pintarse las uñas. Yo antes no daba impor…