La construcción de un discurso oral público, en los diversos géneros de la praxis social, implica habilidades lingüísticas y comunicativas que la enseñanza a menudo desatiende. Sin embargo, su función en la vida social es de primer rango. La gestión de las actividades públicas en un marco democrático exige este aprendizaje, que moviliza muchos factores pragmáticos: necesidad de una autopresentación adecuada, control de un código verbal elaborado, capacidad de interacción con el auditorio, estrategias de persuasión y sintonización empática, normas de cortesía… Sin olvidar la mediación de las…