Para entender a los adolescentes conviene mirarlos, observarlos, escucharlos, preguntarles. A menudo, nuestros argumentos no son sus argumentos. Partiendo de esta idea, este capítulo propone consejos y estrategias para comprender al alumnado adolescente –conocer cómo son y cómo evolucionan- y demostrar que nos interesan, lo que es un paso esencial para poder enseñarles. Se trata de comprender, en definitiva, para acertar en la intervención.