Normalmente, basamos la elección del currículum obligatorio, que actúa de partitura para nuestra acción educativa, en unos objetivos generales. Deseamos que nuestros alumnos y alumnas sean capaces de dominar, al acabar un trimestre, un curso, un ciclo educativo o unos estudios, una serie de procedimientos, hechos, conceptos, actitudes y valores. Incluso nos permitimos la osadía de “certificar” el alcance de objetivos mediante criterios de evaluación.
¿serán capaces nuestros alumnos y alumnas de dar el salto adelante y reconocer y usar en su vida adulta lo que en la escuela se les ens…