Los encuentros cara a cara son aquellas situaciones de interacción en las que el adulto se dirige a un único interlocutor, una relación que implica y envuelve a ambos por medio del gesto, la palabra y el afecto y en la que ninguno de los dos interlocutores permanece indiferente. Mientras dura el encuentro, el adulto y el menor mantienen un intercambio comunicativo y afectivo que, por unos instantes, hace destacar al alumno por encima del resto del grupo, le hace ser protagonista en la clase.