Campos de concentración y centros de detención son lugares de visita para ciudadanos y escolares. Como si no fuera suficiente con los relatos, estos espacios se nos presentan como un límite y una posibilidad. Pero ¿qué representar allí? Y, sobre todo, ¿qué representar en esos lugares que no se pueda representar en ningún otro? ¿Qué ofrecen, en su excepcionalidad, los lugares de memoria a las víctimas y las nuevas generaciones?