Entre los 0 y 6 años de edad se cimienta la mente, la personalidad y la conciencia de pertenencia a un grupo. Las mentes en crecimiento que habitan las aulas de educación infantil, pueden configurar su mundo cultural actuando sobre él. Musicar la vida cotidiana y los hechos extraordinarios que se viven, ayudan al desarrollo integral del alumnado en un proceso totalmente multidisciplinar, globalizado, colaborativo e inclusivo.