Estoy convencida de que hay una ciencia invisible, que va con nosotros a todas partes, que utilizamos y aplicamos directamente, sin la tecnología como intermediaria. No me refiero a que las matemáticas están escondidas detrás de tantas cosas cotidianas (la Informática, las armonías musicales, los juegos de azar…), sino a algo mucho más personal. Curioseamos, observamos, ensayamos, probamos, erramos y acertamos, construimos métodos para pensar y para actuar, en cualquier ámbito de la vida. Elegimos continuamente y el aprendizaje que se deriva de esta manera de ir por el mundo hace…
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