Mis vecinos se planteaban empezar a llevar a su niño de 18 meses a una escuela infantil, para, según decían, «que aprenda y lo pase bien con otros niños». Después de un tiempo de búsqueda del centro que más se aproximara a sus necesidades y preferencias, me comentaron que habían encontrado una escuelita que les gustaba. La describieron así: «Está cerca de casa, no es muy grande y, sobre todo, nos ha encantado un cartel que hay en la entrada y que anuncia una norma que vemos interesante de cara a la autonomía de los niños: prohibidos los chupetes».…