El papel mediador en las relaciones pedagógicas de los espacios físicos y simbólicos ha sido reconocido desde el inicio de los sistemas educativos. La Escuela Nueva, hace ya casi un siglo, así lo entendió. La sociedad digital vuelve a plantear la necesidad de repensarlos. Pero en el potente dispositivo de la escuela se enfrentan la rigidez de los sistemas de enseñanza y la flexibilidad de los lugares, momentos y herramientas que configuran hoy el aprender.