El desarrollo del pensamiento crítico implica potenciar habilidades, destrezas y actitudes que nos permitan hacer una lectura del mundo para profundizar en su comprensión. Debemos atender a las dos dimensiones del pensamiento crítico, técnica y actitudinal-ética; por eso, los recursos recogidos no pueden clasificarse de manera dicotómica, aunque algunos inciden más en una dimensión que en otra.