La pedagogía Montessori resurge con fuerza en el siglo xxi, donde confluye con las últimas investigaciones llevadas a cabo en el campo de la neurociencia y se conoce como la manera natural de aprender del niño, ya que se da una armonía entre el cerebro, el aprendizaje y el desarrollo humano. El adulto formado desarrolla un autoconocimiento que lo lleva a adquirir una responsabilidad en su tarea como educador, a ser confiable y creer en el niño.