Saber desconfiar para poder saber
Cuando el adolescente deje la escuela, nos gustaría que no hubiera perdido las ganas de aprender, que supiera cómo hacerlo y que no le vendieran explicaciones llenas de falsedades. ¿Cómo lo hacemos?
«No te fíes nunca de nada que te diga nadie.» Con esta frase deberíamos educar a los adolescentes, sin generar cinismo (la verdad no existe y no hay por qué buscarla) ni relativismo (todo tiene la misma dosis de verdad); en el territorio escolar, en el que pretendemos que se hagan preguntas y tengan ganas de encontrar respuestas; sabiendo que están inmersos en…