La tradición formativa de los formadores o de los planes de formación es actualizar y culturizar a los docentes en conocimientos de cualquier denominación o tipología. Tomando esta idea como punto de partida, en este capítulo se apuesta por un cambio relevante: la formación permanente del profesorado, en lugar de actualizar y culturizar, debe ser capaz de crear espacios de formación, de investigación, de innovación, de imaginación…, en definitiva, debe proporcionar los espacios y herramientas para que los docentes puedan mejorar su práctica docente ubicada en un contexto específico de traba…