La realización de experimentos debería constituir una parte esencial del aprendizaje de la física en la enseñanza secundaria. Sin embargo, por distintas razones que no se discutirán aquí, todavía son pocos los centros educativos en los que el alumnado utiliza el laboratorio de forma regular.
Las demostraciones en el aula constituyen un complemento y una alternativa a las experiencias tradicionales de laboratorio. Su mayor virtud consiste en permitir que el alumnado visualice, aunque sea de un modo tosco, los fenómenos que se pretenden justificar teóricamente. Si, como sucede a menud…