Uno no puede esperar que suceda algo diferente en su vida, si suele tener los mismos pensamientos, hace las mismas cosas y abraza las mismas emociones cada día. Aplicar esto al ámbito educativo supone cuestionar y repensar muchos de nuestros esquemas mentales y de nuestras prácticas docentes en el aula. Este es el primer escalón hacia la innovación.