Los museos no pueden plantearse el servicio a las comunidades educativas sin contar con personal especialmente dedicado a esta tarea. Atrás quedó el museo que funcionaba como un simple receptor de alumnos, en el que éstos eran unos visitantes iguales al resto que se limitaban a recorrer las salas observando una serie de objetos que podían complementar, o no, lo que el profesor había explicado en el aula. En este caso la atención del museo se limitaba a concertar y controlar las visitas escolares y a proporcionar información sobre el itinerario de visita que facilitase el trabajo del …