Si la atención a los alumnos y las alumnas más capaces es en general meramente testimonial, en la etapa secundaria tiende a ser más que excepcional. Sin embargo, es una cuestión de voluntad. Todos aquellos adolescentes que quieren y pueden ir más allá de las enseñanzas mínimas obligatorias tienen el derecho legal de poder intentarlo y conseguirlo dentro del sistema educativo. Y es factible. Damos algunas claves para lograrlo.