Vivimos en un mundo envuelto de sensaciones, informaciones diversas que llegan a nuestros sentidos y que son leídas e interpretadas en nuestro cerebro. Una música, un aroma, una imagen pueden provocar emociones, sensaciones o recuerdos que nos ayuden a inspirarnos para crear narraciones. En la escuela, ponemos en valor aquellos pequeños detalles que, en muchas ocasiones, nos pasan desapercibidos; nos dejaremos llevar… y escribiremos.