Para poder mejorar es preciso poner en tela de juicio lo que se hace. Desde la autosuficiencia de quien cree que no puede equivocarse y de que siempre son los otros quienes han de cambiar, no es posible transformación alguna. ¿Cómo aprenden las instituciones? En primer lugar, practicando una autocrítica serena y exigente, con el fin de descubrir las limitaciones para tratar de superarlas: si una institución se cierra a la autocrítica está condenada a perpetuar sus errores y sus fallos. El segundo camino para que la institución pueda aprender es la apertura a la crítica: cuando las instituci…