Son las 15:00 horas. Los niños y niñas empiezan a entrar en la escuela. Como de costumbre, van saludándose, dejando sus pertenencias en las perchas y distribuyéndose por el aula. En el aula de 4 años empiezan a oírse carcajadas; se trata de Cecilia, quien lee apasionadamente un cuento en la biblioteca del aula. No tarda en acudir otro grupo de amigos y amigas a ver qué es lo que allí ocurre. Se vive un “tempo lento”, acompasado, nada que ver con el frenesí de la mañana. El grupo discurre con normalidad, reclama calma, quietud, encuentro.
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