Sabemos que hay cosas que funcionan, queremos disfrutar del trabajo y podemos mejorar, tanto desde el punto de vista individual como colectivo.
Sabemos que en estos últimos tres cursos somos muchos quienes hemos acumulado una cierta carencia de ilusión, un cierto punto de tristeza, un sentimiento de desgaste y un trasfondo de melancolía, que vemos instalado en el seno de los equipos, en el talante de la juventud y en la gestión que hacemos de nuestro día a día, personal y profesional. En algunos casos, tenemos la sensación de haber colapsado el empuje habitual y los ritmos de trabajo que …