Nuestra estancia de un mes en El León Dormido, que relatamos en el pasado número de esta revista, fue una forma perfecta de empezar nuestro sueño: una ruta viajera independiente por América junto a nuestra hija de tres años. Entre las experiencias que recordamos con más cariño están nuestras estancias en Finca Sarita (Ecuador) y en Finca la Flor (Costa Rica).