Somos parte del problema, pero también somos parte de la solución. Debemos replantearnos nuestro modelo económico y nuestro estilo de vida, basado en el creciente consumo de energía procedente de los combustibles fósiles. Tenemos la oportunidad de actuar y también la capacidad de hacerlo, cambiando la manera de vivir. Aún estamos a tiempo.