Desde una orientación pedagógica centrada en los objetivos (Tyler, 1942), la función de la evaluación del alumnado se ha relacionado principalmente con la capacidad y el aprovechamiento de los estudiantes, tendiéndose a modelos cuantitativos con la pretensión de lograr el mayor grado de objetividad posible a la hora de decidir su promoción y sancionar su aprovechamiento.
Este enfoque sigue arraigado en la práctica docente, a pesar de que la LOGSE establece que “en ningún caso, la evaluación puede ser identificada con las calificaciones o con la promoción” (MEC, 1992).
Sin embargo, …