La educación visual y plástica es un espacio lleno de posibilidades no solo para hacer, sino también para pensar. En este sentido, las propuestas didácticas desde el área han de estar motivadas por una finalidad que vaya más allá de la realización formal de objetos o artefactos vistosos y decorativos, porque realmente el aprendizaje recae en el proceso de creación a través de las conexiones entre la mano, la mirada y el pensamiento de manera reflexiva.