Sólo tiene sentido realizar la evaluación externa si ayuda a comprender el funcionamiento de la institución, si favorece el desarrollo profesional, la mejora escolar, etc.; evaluación que es legítima y necesaria porque añade un punto de mayor neutralidad y objetividad en la acción evaluadora dentro de una lógica democrática que da cuenta de los resultados de las instituciones que ofrecen un servicio público; aunque también es cierto que existen ciertas dudas razonables acerca de si verdaderamente los resultados de la evaluación externa contribuyen a la mejora interna de los cent…
Contenido solo disponible para suscriptores
Accede a este artículo individual por solo
3€ IVA incluido
Descubre todo nuestro contenido sin límites
Desde 9.9€ IVA incluido
¿Ya tienes cuenta? Inicia sesión