Cuando se emprende un proyecto de trabajo que parte del deseo del grupo de niños, el ambiente que se crea es tan rico y tan estimulante que a nadie se le ocurriría preguntarse cómo hace la maestra para motivar a sus alumnos y alumnas y lograr tan buenos resultados. La motivación proviene de ellos mismos y es el motor de la curiosidad vivida en grupo. Este capítulo empieza a partir de un suceso sentimental que se convirtió en una chispa potente capaz de encender las ganas de conocer el mundo a todos y cada uno de los niños. Verlos atender fielmente a las lecturas o explicaciones de los padre…