Este escrito pretende ser una pequeña muestra de mis reflexiones personales en torno a la tarea de la dirección de un centro escolar. Es un trabajo excitante, pero duro, sobre todo si las condiciones que te rodean no son favorables. ¡Pero estamos aquí y tenemos que salir adelante! Como ya hice en una carta escrita el verano pasado que titulé Cabòries (Cavilaciones) y que tuvo una amplia difusión en las redes sociales, utilizaré el símil del viaje en barco…