La experiencia que presentamos está centrada en el uso del vídeo como recurso didáctico para el estímulo y la potenciación de las emociones en el contexto educativo. El efecto que supone crear una producción audiovisual y verse reflejado en ella genera la empatía necesaria para que el alumnado sea capaz de identificar sus propias sensaciones. El cortometraje y la videoproducción se transforman en el eje que vertebra la enseñanza y el aprendizaje conjuntamente.