En nuestro gabinete recibimos a los padres de los gemelos Laura e Iván cuando estos todavía no habían cumplido los tres años; estaban escolarizados en el aula de dos y llegaron por consejo de la tutora de la escuela, que veía a Laura con dificultades. Sobre Iván, que estaba en otro grupo-clase, no había queja. Pero veremos luego cuán curiosa es la relación de equilibrio en la que los gemelos están inscritos.