La danza creativa da la oportunidad de vivir las emociones desde el propio cuerpo en movimiento. Al practicarla se aprende a reconocer las propias emociones, a identificar las de los demás y a tener la capacidad de provocarlas en el público o en los integrantes de la clase. Se presentan dos ejercicios básicos, el botiquín de las emociones y el metrónomo, para iniciarse en este trabajo, y el proyecto DEC como proceso de evaluación para especialistas en test proyectivos.